viernes, 13 de marzo de 2009

“YOTUBE” (IV) UNAS LLAMADAS

en episodios anteriores sabemos porque es la llamada, pero estamos descubriendo que pasó para que se originase.

Realmente sólo fueron unos segundos, pero transcurrieron como minutos para mi.

Los bandazos dentro del coche, yo los veía amortiguados porque estaba aguantando con los brazos el volante y con los pies en tensión frenando.

El chirrido de los frenos junto con el de las ruedas se clavaba en los tímpanos. Era como oir a alguien gritando.

A través de la luneta delantera sólo se veía el halo de luz de los focos reflejándose tanto en las líneas de la carretera como en ella misma de forma tambalenante.

De repente vi pasar un hito kilométrico por el parabrisas, recuerdo que llegué incluso a pensar: “coño, es una baliza de esas que señalan los kilómetros de la carretera, estoy ya en el arcén..espero caer en un campo y no dar la vuelta de campana” (a veces me asombro la de cosas que puedes llegar a pensar en un nanosegundo), la recuerdo pasar por la luneta como los rodillos en los lavados automáticos de coches.

De repente, no ví el volante, sino el airbag a la par que un estruendo, y luego tras otro estruendo y una sacudida final, el silencio relativo.

(dolor de espalda)

Recuerdo los olores: el olor del gas del airbag dentro del coche, de los polvos que tienen dentro de la bolsa para que no se quemen, de la tierra que levanté al pasar, del polvo (no olor a tierra, sino a polvo, como el de casa) que se había generado.

Como ruido durante unos segundos sólo se oía nuestra respiración, tanto la mía como la de mi hermano, el ruido de los intermitentes de emergencia que se habían activado, y el limpiaparabrisas trasero que sonaba sobre la seca luneta arrastrando el polvo.

Y el dolor en la cintura.

Como iba con los brazos en tensión estirados agarrando el volante, en esos momentos ante mi, con el airbag medio desinflado, y las piernas estirando para pisar a fondo el freno, tanto en la primera embestida como en la segunda, el punto de conexión de ambas extremidades, era el ombligo. Concretamente la columna vertebral. Y era eso lo que me dolía.

Aguantándome el dolor, lo primero que hice en cuanto recuperé el aliento fue:
C-¿estás bien?
P-sí, creo que sí, y tu?
C-(mierda, me duele mucho la espalda) sí, estoy bien, no debería haber cogido el coche, MIERDA, ESTABA CANSADO; cómo he sido tan tonto..-me medio gritaba a mi mismo-¿seguro que estás bien?
P-
C-salgamos del coche (espero poder levantarme)

Mi hermano salió del coche sin dificultades, ví que no tenía ningún problema, ni ningún rasguño grave, así que lentamente empecé a quitarme el cinturón de seguridad, y con mucho dolor salí del coche, aparentando que todo estaba bien, cuando realmente lo que quería era doblarme y tumbarme en el suelo.

El coche estaba apagado, las luces de emergencia y las normales alumbrarban sobre el polvo que habíamos levantado. Un charco de aceite negro iba creciendo por debajo del motor, aunque los cristales estaban bien, una de las ruedas motoras estaba completamente encjada en el hueco que tienen para girar. El neumático prácticamente desaparecido y la llanta, cuadrada.

C-¿estás bien?
P-sí, en serio
C-joder, es que no debería haber cogido el coche…deberíamos habernos quedado en Gotham…(pero bueno, ya está, ahora hay que actuar.) ¿funciona tu teléfono?
P-asustado- no lo sé
C-espera, voy a por el mío.

A mi no me gusta conducir con cosas en los bolsillos, así que siempre dejo la cartera, llaves y móvil en el espacio que hay detrás de la palanca de cambios y el freno de mano.

Con mucho dolor volví a entrar en el coche y empecé a buscar el móvil. Si la palanca de cambios estaba incrustada en la radio en vez de en su sitio original, el móvil estaría por los suelos..evidentemente, donde los pedales.

Mi móvil (es el que aún tengo) cuando era nuevo se me cayó al suelo y dejó de funcionar el altavoz, así que le volví a dar una galleta y se arregló solo. Esta vez tenía parte de los circuitos que sobresalían..así que le volvía a dar una galleta para que se reencajaran y probé llamar..

(espero que funcione)

C-Pesado, ¿puedes llamar al 112?-Pesado tenía mucha relación con el 112 ya que en servicios de la Cruz Roja se dedicaba a eso- yo voy a llamar a casa

Marqué el número de memoria.
Se iban a asustar.
(tono..tono…tono..tras muchos tonos al final aparece la voz de mi padre)
Papá-digame?
Crispín-Hola (no empieces diciendo nada, que se asustarán mucho, di cualquier cosa ante de abordar el tema) ¿qué tal?
P-bien, ¿qué pasa? ¿Por qué llamas?
C-nada, que me he metido en un camino y no puedo sacar el coche, se me ha atascascado y no sé como sacarlo (lo primero que se me ocurrió) pero necesito que vengas, ¿puedes venir?
P-no te entiendo
C-pues eso que iba por la carretera y me he metido en un camino y necesito que vengas con el coche para que me empujes un poco y poder sacarlo de allí.
(…)

To be continued.

6 comentarios:

Winnie dijo...

Tu descripción del accidente me ha parecido perfecta,trepidante...sigo enganchada...besos Crispin.

Christian Ingebrethsen dijo...

Joder cuanta tensión hay en el relato, normal que se te hicieran eternos esos momentos pero lo importante de todo es que ya estás bien y dando por saco como siempre :D

PD: Ya sé porque no llevas cosas en los bolsillos mientras conduces :P

Muchos besos y aunque a estas alturas no creo que haga falta que lo diga ya sabes que te aprecio mucho.

carmncitta dijo...

menudo sueño, no? :S

Anónimo dijo...

Tío, que sepas que da cosica leer esta crónica, pero... estoy deseando el "siguiente fascículo"

Anónimo dijo...

Joe, qué emoción, yo quiero saber más.

Ferendus dijo...

a petición popular he adelantado la publicación del siguiente.

La del último no la puedo mover, será el lunes.

gracias a todos por comentar